En dos calles de nuestra población, Badó y Bonavista, hay dos dibujos simpáticos e ingeniosos pintados en dos fachadas. Aprovechando que ambas calles hacen bajada, en uno hay una madre que pierde el control del cochecito de su bebé. En el otro, parece que encontramos a los dos mismos personajes, pero esta vez es el hijito ya adulto quien pierde el control de la silla de ruedas de su mamá ya anciana. Si pasas por allí, los verás. En este fotomontaje hemos unido y mezclado ambas ilustraciones.

Parece como si el hijo se tomase una “graciosa venganza”… Pero no. La mayoría de las veces, en la vida real, esto ocurre pero no por venganza sino por mimetismo inconsciente. Ocurre porque solemos repetir lo que hemos aprendido y vivido de pequeños. Una niñez con un ambiente adecuado y una educación equilibrada hará que, de adulto, ese niño eduque a sus hijos y trate a los padres de igual manera. Una niñez mal atendida y una educación inadecuada harán que las ruedas de la vida pierdan sus frenos en las pendientes peligrosas. Procuremos educar bien y con gracia.

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