La metáfora nos sirve para hablar de dos cambios: nuestro vehículo y nuestro edificio. Lo importante no son los zapatos; lo importante son los niños que los calzan. Cada niño es único e insustituible y necesita estar bien equipado.
En cuanto a nuestro vehículo, ya han finalizado los años de “renting”. Lo hemos sustituido por otro también de 7 plazas, pero más económico, cubriendo así la necesidad de la forma más idónea. También llega a su fin el plazo de compra del terreno para edificar nuestro nuevo edificio. Para los que no habéis participado (o queréis seguir haciéndolo) no os perdáis la oportunidad de participar con apoyo económico a este bonito proyecto. Aún tenemos un breve tiempo para cubrir los últimos miles de euros que faltan mientras se acuerda la fecha de la firma notarial. También puede servirnos la propuesta de cedernos un préstamo con unas condiciones flexibles y desinteresadas para su devolución. Estamos a punto de conseguirlo: cada zapato es necesario, con su talla correcta… ¡Gracias a todos!